Me encantan los wésterns.
Un género de películas que ya es un clásico del cine y que refleja el espíritu de los primeros fundadores de los Estados Unidos, aquellos que partieron de su lugar de origen en busca de una nueva oportunidad, de un nuevo comienzo.
Este tipo de películas presenta personajes muy curiosos: el héroe, que puede ser un sheriff o un buscavidas, el terrateniente rico, el pistolero, la chica de vida alegre, los mormones, el vendedor de elixires, el dentista itinerante, el predicador, el comerciante de pieles, el enterrador, el séptimo de caballería y cómo no las luchas por el territorio con los indios, las rivalidades entre los ganaderos y los agricultores y un largo etc.
Y los pioneros.
Personajes representativos del espíritu de una época en la que se está creando algo nuevo.
Un mundo que se inicia y que intenta establecer un orden sobre el caos.
Según la RAE es una persona que inicia la exploración de nuevas tierras o que da los primeros pasos en una actividad humana.
O sea el primero que hace algo determinado en un campo donde antes nadie había estado.
El que hace algo que ningún otro ha hecho antes.
Asimismo emprendedor según nuestro real diccionario es un adjetivo que se aplica a aquel que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras.
En la actualidad se nos ponen ejemplos de emprendedores que han sido mucho más que simples creadores de empresas, muchos de ellos, empezaron desde cero, sin dinero, sin ayudas y persiguieron su sueño hasta cambiar el ritmo de la historia.
Crearon un impacto en el mundo y su legado aún pervive.
Esos han sido los pioneros y es curioso pensar que desde finales del XIX, con la revolución industrial y sobre todo en el siglo XX surgieron la mayor parte de estos grandes hombres que configuraron el mundo tal y como lo conocemos hoy en día.
Ser emprendedor no resulta fácil porque puedes tener una estupenda idea para un negocio y sin embargo fracasar porque no encuentras la forma de mantener y hacer crecer ese negocio.
El espíritu del pionero va mucho más allá. Está abocado a realizar su propio sueño, a dejar su propio legado. Va mucho más allá de la obtención de un beneficio a corto plazo o de dejar una herencia a sus descendientes.
El pionero no puede evitar ser lo que es ni comportarse cómo tal, su plena entrega a la realización de su idea va mucho más allá de planificar los riesgos. Los riesgos son sólo un obstáculo en el camino y no significan nada, porque su misión va mucho más allá de la agenda.
Sabe que lo que está haciendo necesita su sacrificio y su pasión.
Su razón en la vida, su porqué es la realización de esa idea y sin esa tarea a la que se encomienda, su vida carece de sentido.
Por eso me gusta el espíritu del pionero, porque lo apuesta todo por la novedad, no tiene miedo a los inconvenientes, posee el valor para enfrentarse a ellos y la palabra fracaso no existe en su vocabulario.