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  • Foto del escritorPilar Paredes

Cómo ligar en internet. Love user.

Es un hecho que la forma de comunicación en el siglo XXI ha cambiado radicalmente.


Las RRSS se han convertido en ese medio omnicanal en el que todos nos comunicamos de una manera u otra.

Ya sea directa o indirectamente Internet es una parte de nuestra vida cotidiana desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, y ya somos más de 3000 millones de usuarios de móviles en el mundo.


En España Facebook e Instagram ya superan los 22 millones de usuarios.


Las Redes Sociales como Instagram, Facebook o TikTok forman parte del entretenimiento diario.


Si bien parece que los perfiles demográficos de los usuarios de estas redes van cambiando, si Facebook ahora se ha convertido en el espacio de mayores de 40, TikTok ha pasado de ser en un inicio una red destinada para niños a desplazar fuertemente a Instagram que es el líder de usuarios entre los 18 y 39 años.


En la actualidad ya no podemos decir que nadie que este al día no publique su vida en algunas de estas redes sociales.


Las tres plataformas además incluyen un sistema de mensajería para comunicarte tanto por escrito, audio o vídeo, añadiendo así una alternativa a Whatssapp o Telegram, con sus mensajes instantáneos.


¿Y cómo se liga en la era de Internet?


Como no estoy aquí para describir las ventajas de estas RRSS, hablemos del comportamiento humano a través de ellas cuando se trata de “ligar”.


Tinder, la app de citas que tiene más de 50 millones de usuarios en el mundo es una de las que ha propiciado una nueva forma de "ligar".



Hace unos años la mayoría de los jóvenes o no tan jóvenes acudían a discotecas o lugares de ocio para conocer gente, y el asunto era más de miraditas, atreverse a hablar, y si había suerte, conseguir el teléfono para quedar, o si todo iba más deprisa, pasar a la acción.


Nadie que lo haya vivido va a contrariarme en este aspecto.


Y ahora, no podemos decir, sobre todo después de haber vuelto a la normalidad tras la pandemia, que no se siga haciendo así.


El procedimiento puede ser similar: vas a una disco o a un festival, bailas, tomas unas copas y puede ser que acabes conociendo a alguien interesante y obtener algún tipo de relación.


Pero además hay un añadido: buscas su perfil en Instagram.


Aún hay mucha gente reacia a exponerse públicamente, igual que hay gente que ve las ventajas de tener un perfil público para filtrar y hacerse una idea de cómo es esa persona que le ha llamado la atención: qué fotos publica, que tipo de vida lleva, a qué se dedica.


Y aún más: ya se puede ligar directamente por Instagram, Facebook, TikTok o incluso YouTube, pues cualquiera puede dar like a todas tus publicaciones (una forma de mostrar interés) y mandar un mensaje para conectar contigo.


El problema es que las reglas del juego se están empezando a establecer y no todo el mundo está preparado para asimilarlas.


Si aceptamos una amistad por Facebook ¿quiere decir que esa persona me gusta y que entonces me puede pedir el Whatsapp y yo se lo voy a dar?


Si una persona te habla y saluda todos los días por Instagram ¿quiere decir que ya tenéis algún tipo de relación?


Los Millennials, usuarios por excelencia de Instagram, son mucho más conscientes del protocolo a seguir, aunque en función de sus expectativas, se pueden llevar decepciones.


Y es que interpretar el comportamiento de una persona virtualmente es mucho más complicado que cuando la tienes frente a frente, donde puedes observar sus gestos, su mirada y su comunicación no verbal.


Sin embargo, hay una especie de adicción a no querer aceptar que la ficción muchas veces no corresponde a la verdad.


Es decir, prefiero este engaño de imágenes porque supone la fantasía que me protege del sufrimiento de la realidad exterior donde me expongo con mis defectos y vulnerabilidad.


Y pasamos a las redes de ligar por excelencia.


¿Seguimos con el prejuicio hacia Tinder?


En un interesante estudio sobre usuarios de la aplicación dónde contaban sus experiencias, cómo elegían los perfiles y qué les había llevado a darse de alta en la aplicación, me ha llamado la atención aquellos que decían que les daría vergüenza admitir que conocieron a su pareja a través de Tinder o en general a través de una aplicación móvil.


El estudio es de hace unos años por lo que considero que cada vez hay menos prejuicios.


El problema surge por la mala fama de la aplicación debido al uso por determinados usuarios: una red para intercambios sexuales esporádicos.


Y es que el “anonimato” aparente de la aplicación, en la que solo hablas con quien tienes match, permite dar rienda suelta a cualquier propuesta.


Existe la posibilidad, y gracias a la búsqueda por ubicación, que puedas establecer contacto inmediato con otro usuario.


Existen los "love users" que exponen directamente sus preferencias y propósitos sexuales en su perfil y los que, aunque no lo muestren en su descripción, vistas sus fotos, poses o forma de comunicarse, trasmiten claramente sus intenciones.


Otros, guiados probablemente por ese mismo prejuicio, se comportan como si se tratase de un mercado de citas sexuales.


Al final depende de lo que uno tenga en su cabeza o del propio valor que aporte.


Es probable que si tu objetivo es el sexo rápido y anónimo, podamos llegar a considerar que todos están en la aplicación por la misma razón.


¿Es ofensivo recibir una propuesta sexual directa después de hacer un match? ¿O recibir una foto explícita de cierta parte del cuerpo?


Tinder no es la única aplicación de citas, pero si la más popular en su versión gratuita, frente a otras como Badoo o Meetic, que tienen un sistema de pago por suscripción que ofrece diversas funcionalidades como leer los mensajes o recibir mejores perfiles.


Si bien Badoo, la app mejor valorada y la que más usuarios tiene en España, Meetic se considera la que tiene más perfiles que buscan una relación seria.


Las tres han sabido diseñar estrategias de Marketing para su público objetivo.


No olvidemos que Tinder pertenece al conglomerado de empresas de Match Group, que incluyen además Meetic, OKcupid o Match.com, por lo que podríamos decir que acaparan todo el segmento del dating.


Este tipo de aplicaciones suelen vigilar los comportamientos ofensivos y su algoritmo detecta inmediatamente si una conversación puede tener contenido agresivo o demasiado explícito para que el usuario, en este caso, fundamentalmente mujer, pueda bloquear y denunciar a ese perfil.


Pero el recorrido del love user va más allá de la app.


En ellas es posible enlazar el perfil e Instagram o Facebook y realizar videollamadas.


Así, la mayoría de los usuarios, después de un corto intercambio de palabras en el chat, suelen pedir el número whatssapp o el perfil de Instagram para seguir conectados o incluso quedar.


Todo depende de esa primera impresión.


Porque la finalidad de estos matches es conocerse ¿no?


No siempre.


Algunos se conforman con el infinito juego de chatear hasta la saciedad.


Puro entretenimiento diario de “hola buenos días”, “buenas noches“ o eternos audios cotidianos de "hola que tal".


El que espere una cita después de haberse habituado a esta rutina chateadora puede armarse de paciencia.


También se puede optar por un tiempo prudencial para conocerse por Whatssap antes de verse en persona.


Y es que a veces el placer, consiste en la ilusión de una ficticia relación virtual o una estimulación visual inmediata.


¿Hablamos del sexting?


Se trata de una tendencia de enviar fotos con determinada carga sexual cuya consecuencia a veces termina causando problemas psicológicos y legales.


Pero también existen las "fotop****s".



Una mujer inglesa recibió por twiter una foto espontánea de cierto órgano sexual masculino y contestó a través de una carta.


Hay diversas teorías al respecto se trata en la mayoría de los casos de un exhibicionismo casi atávico.


Para la mayoría de las mujeres recibir una foto del órgano reproductor masculino no tiene mayor impacto que la visualización anatómica del mismo.


Si bien, hay excepciones, ya que en el sexo, los gustos son íntimos y personales.


Lamentablemente el acceso universal a la información de la era digital tiene consecuencias.

No sólo suceden claras estafas a través de perfiles falsos que se cuelan en estas redes para engañar tanto a hombres y a mujeres como el famoso “Timador de Tinder” que podemos ver en este documental de Netflix


sino que ciertos comportamientos denotan problemas de desequilibrio emocional o psiquiátrico y esto, no es algo que podamos percibir fácilmente.


Las redes sociales muestran lo mejor y lo peor de cada uno, y en las apps de citas no iba a ser menos.


Sin embargo, no todo tiene porque ser terrible en este tipo de apps, ni todas las personas que están en ellas son depredadores o exhibicionistas.


Me sorprende cuando alguien me dice que ha conocido a alguien normal por Badoo o por Tinder.


¿Qué no hay gente normal?



Supongo que es una cuestión de posicionarse en el funnel: puedes llegar a todo el mundo, pero filtrando y aportando valor, obtienes mejores conversiones.


Así que si quieres conocer alguien "normal" ya sabes lo que debes hacer.


Para estas apps lo importante es que los perfiles sean muy activos y pases mucho tiempo en la aplicación, así que ofrecen ganchos para que permanezcas suscrito.

Incluso comienzan a ofrecer publicidad externa.


La estrategia de marketing debe ser cauta: si una persona paga por tener un acceso Premium a la aplicación tarde o temprano debe obtener lo que busca.

Y aquí viene la segunda parte.


¿Cuántos han vuelto a la aplicación después de que la relación fracasara?

¿Cuántos están en la aplicación porque su vida sentimental no es satisfactoria?


¡Me muero por los datos!



Estas aplicaciones brindan esa oportunidad de definir y expresar lo que uno desea: una relación seria, un intercambio rápido, una amistad…


Como en el mundo offline, uno debería de ser coherente con lo que dice y responsable con sus actos.


Es cierto que a millones de posibilidades que ofrecen estas apps de citas, es difícil escoger solo una, y de hecho, este es el enganche psicológico, pasar uno tras otro miles de perfiles que con un solo Swipe desaparecen de tu memoria para siempre.


El efecto del Match, saber que le gustas a alguien es la recompensa inmediata para tu cerebro, que acaba “enganchándose” a esa sensación .


Lo fácil que es iniciar esa conversación, incluso ilusionarse porque esa persona desconocida se ajusta a tus deseos.


Lo difícil es atender un montón de conversaciones a la vez y decidirse o, ser capaz de simultanearlas todas.


Por eso miles de conversaciones empiezan y terminan de repente, o se hace “ghosting”.


Y es que, como decía al principio, los protocolos no están definidos, el comportamiento humano no puede ser guiado por algoritmos cuando aparecen las emociones.


La vanidad, la baja autoestima, la dependencia, la soledad, etc. son sentimientos que guían la conducta de los usuarios cuando nos comunicamos.


Estas plataformas pueden servirnos muchas veces de tapadera o de escaparate, según decidamos usarlas.


Y es que al final, la parte humana es la impredecible. La aplicación no es más que una herramienta de software, eso sí, inteligente.






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