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  • Foto del escritorPilar Paredes

Big Data y Mini Data

Actualizado: 24 oct 2020


Durante los últimos años y meses precedentes al Coronavirus, una de las keywords más usadas en el mundo era bigdata.

Superada la obsesión por la transformación digital, miles de artículos, post y blogs exploraban el tema de la ciencia de datos.

Se hablaba de las investigaciones de datos en el sector bancario, del impacto del Big data en la banca, en las finanzas, incluso los algoritmos volvían de bailar en Wall Street a ocupar espacios en magazines de peluquerías. Y es que la palabrita de marras ya presidía cualquier titular y enganchaba rápidamente al lector consiguiendo una permanencia de más de 3 minutos. Todo un logro.

Algunas de las temáticas más impactantes están relacionadas con la investigación médica: los algoritmos que predicen el cáncer, los hospitales que contratan empresas que sean capaces de analizar y procesar la cantidad de datos de los historiales médicos de los pacientes, etc., etc.

Al ser humano de a pie, hoy digital, le atrae indiscutiblemente este tipo de noticias si proporcionan esperanza y alivian el sufrimiento humano.

En la era del marketing digital, sabemos lo útil que es aludir al sentimiento para recibir atención.

Y no digamos la insistencia: “si no aplicas la transformación digital en tu empresa y no empiezas a analizar datos, no vas a tener futuro”.

¿En serio?” Bueno: otro titular atractivo para el blog o un nuevo gancho para un networking con ponente “especializado”.

Y de repente, sin esperarlo: ¡Toma!

Algo “incognoscible” que llega de China, atraviesa el mundo globalizado y cambia nuestras vidas para siempre.

A ver si van a tener razón los astrólogos y hay cosas que salen de nuestro conocimiento consciente y racional.

A ver si es verdad que la energía del Karma es capaz de tomarse su venganza absoluta de vez en cuando.

Es un punto de vista, ¿no?

El caso es que aquí estamos: Inmersos en una de las crisis mas globalizadas e inesperadas de la historia comtemporánea.

¿Quién nos iba a decir que era la era del Bigdata, del reinado de la tecnología digital, de la comunicación omnicanal y de las ventas por internet iba a suceder algo que no sólo no podríamos evitar o controlar, sino que ni siquiera íbamos a predecir con todo nuestro conocimiento?

En la era de los robots, de la IA, del internet de las cosas, del machine learning, llega una minúscula partícula orgánica viva y arrasa con todo.

Cambia nuestra forma de trabajar, de relacionarnos, de comer, dormir, jugar e incluso sentencia el destino de personas y empresas.

No hay duda de que es importante vivir este momento con atención.

Estamos en un tiempo donde más que nunca tenemos que pensar y reflexionar.

La situación de emergencia sanitaria mundial nos está dando la atmósfera de incertidumbre, desconocimiento e imprevisibilidad que un buen cerebro humano necesita para sobrevivir.

Y es aquí donde aparecen los datos.

Datos sociales, económicos, sanitarios, políticos, científicos, etc.

Datos y más datos sobre el comportamiento de las personas, empresas, máquinas e incluso animales.

Conocimiento fresquito que emana constantemente de la fuente de la inestabilidad.

Los científicos y estadísticos del mundo se frotan ansiosamente las manos esperando acceder a la cantidad de información que se está generando por doquier.

Mucha de ella será difícil de meter en una caja, la mayoría no será limpia y no podrá ser fácilmente procesada, otra tristemente será manipulada.

Ahí está en gran Big Data del siglo XXI, naciendo, creciendo, relacionándose y esperando ser analizado para extender todo su conocimiento por los siglos venideros.

Grandes corporaciones, gobiernos y empresas se muestran ávidas e impacientes.

Sin embargo, no todo el conocimiento vendrá por las fuentes más globales.

En cada Pyme, en cada pequeño establecimiento comercial, incluso en una pequeña ciudad o ayuntamiento, se está generando una inestimable información.

Si observamos los cambios en el comportamiento de las ventas, de los hábitos del consumidor, del servicio al cliente, de la forma de trabajar, comunicar, organizar y liderar, ya estamos produciendo datos.

Se trataría entonces de: Mini Data.

No importa el tamaño que una empresa tenga en estos momentos, pero es imprescindible que observe, escuche, reflexione y sobre todo empiece a documentar la información.

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