¿Qué pasaría si tu marca ya no existiese y no le importase a nadie?
Dicen que en la próxima década un 40% de las empresas más importantes del mundo dejarán de existir con toda probabilidad.
Le echamos la culpa al avance de la Tecnología: la IA, el machinelearning, el BigData, el blockchain, los algoritmos, etc., etc. Un montón de vocablos que escuchamos constantemente a todas horas.
A veces es difícil entender toda esta marabunta de términos que parecen lo mismo y no lo son, aunque todos se refieren al fenómeno del que todo el mundo habla sin parar: la transformación digital.
No paran de insistir con que si no nos subimos al carro de la tecnología y cambiamos nuestra cultura y modo de hacer las cosas, podemos acabar muy mal.
¿Pero es esto cierto?
Observo a profesionales muy involucrados en la gestión del cambio y a otros inmersos ya en empresas que están aplicando tecnología para cambiar su modelo de negocio y ser más productivo.
También escucho a profesionales de los RRHH humanos que hablan de las nuevas convivencias generacionales, la flexibilidad horaria, la gestión de talento, el ageing. Y sobre todo repiten sin cesar la misma frase:
“Esto va de personas, no de máquinas”
Estoy de acuerdo, ¿quién no?
La llamada transformación digital o en sectores pioneros: la industria 4.0 o la era del 5G, son conceptos que hacen referencia al cambio de paradigma que estamos viviendo en nuestra época.
No es el primero, sabemos lo que supuso la revolución industrial del S. XIX, cómo cambio el comportamiento social y las consecuencias económicas, ideológicas y políticas que trajo consigo.
Toda disrupción ( que palabra tan de moda) repercute en la humanidad.
Porque humanidad somos todos, ¿verdad?
Así pues somos los responsables de los cambios, los hemos creado, los gestionamos y vamos a tener que asumir todas sus consecuencias, las malas y también las buenas, porque el progreso de la humanidad consiste en eso: en ir adaptándose a las circunstancias.
Pero volvamos a la realidad de tu empresa, de tu marca:
¿Has pensado alguna vez a quién le importaría si tu empresa dejase de existir?
¿Qué pasaría si dejase de existir la Coca-cola o Google o El corte Ingles?
Supongo que el impacto económico sería brutal sin duda, pero vamos a establecer la línea emocional, del “sentiment” , como se dice ahora.
¿Cambiaría tu vida si estas marcas dejarán de existir?
Pues algunos creerían fanáticamente que su vida no tendría sentido si no pudiesen volver a disfrutar de su bebida perfecta, de las ventajas del buscador o de salir de compras en la tienda más famosa de España.
Pero curiosamente, la reacción sería otra: lo más probable es que otras marcas sustituirían a las anteriores y los consumidores, o sea, nosotros mismos, encontrásemos satisfacción a nuestros deseos en otras.
Ahora que ya has reflexionado, vuélvete a hacer esta pregunta:
¿A quién le importaría que tu marca dejase de existir? ¿ A ti? ¿A tus socios, amigos, familia, empleados…?
Pregúntate sobre lo que tu marca representa, lo que estás ofreciendo, el valor que te define, lo que te diferencia de los demás, aquello por lo que merece la pena el esfuerzo.
Cuestiónate si la labor que estás llevando a cabo en tu empresa tiene una finalidad más allá del corto plazo,
¿Qué huella quieres dejar más allá de tu marca?
Estamos en el momento preciso para hacernos estas preguntas y muchas otras similares, en el tiempo para definir los objetivos y encontrar el valor de nuestra marca y el sentido de nuestro trabajo.
No importa hacia a dónde vaya el progreso humano, no sabremos si estaremos allí cuando el futuro nos alcance.
Pero si es seguro que si quieres que todos te recuerden, tienes la responsabilidad de dejar huella.