Una historia basada en hechos reales.
Félix fue de los mejores de su promoción. Su foto ocupaba la esquina superior derecha en la orla de la biblioteca de la facultad de Farmacia.
Era amable, de los que detienen el coche para llevarte a casa si caminas sola por la noche .Nos regalaba agendas y bolígrafos de propaganda. Cada año cambiaba de auto, tenía teléfono móvil y le gustaba pagar las copas.
Desarrolló una exitosa trayectoria profesional en una industria feroz y competitiva. En pocos años ya era jefe de ventas regional y mientras algunos de nosotros aún sufríamos por los parciales en la biblioteca, él ya vivía con su novia en un pisazo del centro.
Todos le admirábamos.
Pero un día, algo cambió. Casi a punto de cumplir los cuarenta, su actual empresa se vio obligada a suprimir los puestos con remuneraciones más altas. Como tal era su caso, prescindieron de él y salió por la puerta grande con todos los honores.
Rápidamente actualizó su CV, envió al menos quinientos, contactando con todos los de la profesión para ofrecer sus servicios.
Me mudé de barrio y tardé meses hasta recibir noticias sobre Félix. Al parecer, había tocado fondo, su novia le había dejado y pasaba las horas en casa enganchado al ordenador. Cierta noche lo vi pasar solo en un pequeño coche destartalado, está vez no paró.
Entonces lo supe. Me contaron que una mañana Félix se tropezó con un antiguo compañero de promoción, el cual le relató una curiosa historia:
Encontró sobre la mesa de su jefe el CV de Félix con una anotación en rojo que decía “malas referencias de su última empresa”. Se sorprendió tanto que examinó el mancillado currículo de su colega resolviendo llamar a todas las empresas en las que Félix había trabajado.
Todas le dieron excelentes referencias excepto en la última, cuyo jefe de ventas regional se puso al teléfono personalmente.
Félix quedó destrozado, ahora entendía todo salvo el motivo. Entonces decidió ir a por todas, se presentó en cada una de las empresas del sector y solicitó entrevistas con los responsables de selección.
Algunos le recibieron, otros no.
Pero esta historia terminaría bien gracias a su tesón y fe en si mismo.
Félix es hoy el director general de la empresa más potente de la competencia.
Por cierto, ¡cotizan en bolsa!